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Mostrando entradas de abril, 2011

Diario, 18 de abril de 2011. (Con felicitación)

Hoy encuentro entre mis noticias de blog que una bella amiga que ha adoptado la poesía como instrumento de comunicación, sigue regalando su sentir y su pensar y ahora con un libro digital de descarga gratuita. El libro se llama “Desde el alma zen”, y lo escribe Elisa Alcántar Cereceda. Lo pueden descargar en esta dirección http://pelagatos.cl/post/4669724857/desde-el-alma-zen-elisa-alcantar y de ahí me arranco con el recuento de este día. No sin antes declarar mi admiración a la amiga y mis respetos a la escritora que día con día plasma su sentir sin discriminación. ¿Y por qué escribimos los que escribimos? Como ya se sabe, yo no me considero una escritora ni buena ni talentosa y comencé con las letras en una edad en donde el sentimiento es más maduro y el arrebato ha quedado guardado para los años de secundaria. Pero en ese sentir maduro a veces el remolino de pensamientos se deja llevar por los sentimientos y a veces, muy pocas por cierto, me encuentro llena de tristeza pese a mi fel

Desnudés

Llegó cansada de otro día largo de trabajo pero en esa ocasión en particular, ya estaba harta de todo. Con desgana abrió la puerta y sin medir las consecuencias se quitó de la cabeza los cientos y miles de años de represión cultural que la agobiaban y le recordaban que ella no era nadie. No tenía la costumbre de hacerlo, pero sólo por esa vez y al poder palpar como todas las noches la soledad de su casa, se fue desprendiendo de prejuicios, rubores, máscaras y pretensiones y así los fue tirando al piso. Desnuda se dejó caer en su sillón favorito y entre el cansancio y las desganas, la apatía y el desamor se dejó llevar por el remolino de la tristeza. Y entre ideas y sueños, añoranzas y desencantos se fue presentando poco a poco el recuerdo de todos sus amantes idos, aquellos que le habían arrebatado el cuerpo, mancillado el alma, violado la ilusión, pero también apareció ese par que a fuerza de afecto y con mucha paciencia, la despertaron al amor. Uno a uno la fueron penetrand

Lógica y conjuntos

Como siempre coincidieron a la salida de clase. Ella de la facultad de filosofía, el del edificio de ingeniería. Caminaron por los pasillos de la institución y ella inició el discurso con todas esas ideas frescas que traía en mente sobre los sofistas, Descartes, la eternidad de cualquier cosa y así de confusas, las vomitaba sin miramientos. El aun traía en la cabeza la función de la entropía que no terminaba de entender. Entre Platón y Clausius, ninguno de los dos se percató de los cientos de mariposas que comenzaron a volar sobre sus cabezas. El ángel alado que se escabulló entre las ramas de los árboles, tampoco los hizo perder el hilo de la conversación de ella y de la cavilación de él. Mucho menos se dieron cuenta de que en ese momento Cáncer en cuadratura con Venus estaba justo en la Casa I. Cupido tensó su arco, apuntó la flecha y ésta, equivocando la dirección, sólo alcanzó a rozar un mechón de la castaña cabellera de ella. Se detuvo en seco, lo miró a los ojos asombrada y s

Destrampe

-Y entonces ¿Quiéres ser mi novia? -Necesito pensarlo. -Pero ¿Cuánto tiempo? -Lo que dure un beso Se besaron con esa ternura que envuelve al primer beso que siempre está lleno de mariposas en el estómago. Los labios apenas y se rozaron y el sudor de las manos los invadía a ambos. El preguntó –¿Y ahora? -Ya somos novios. Y siguieron besándose, ahora sí, con más pasión que ternura. Ella a sus sesenta y ocho primaveras, el a sus escasos sesenta y tres años rompieron esquemas, se quitaron convencionalismos sociales y decidieron amarse como hacía mucho ya nadie lo hacía, con el amor por el amor mismo que sentía uno por el otro. ¿El sexo? Ya tendría tiempo para ello.