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Mostrando entradas de abril, 2009

La pérdida de la inocencia

No se qué fue más doloroso, si descubrir que el mago realmente no hacía flotar a la chica por los cielos o descubrir a mis padres poniendo los juguetes en mis zapatos el día de Reyes. O si fue el descubrirme a mi misma sonriendo divertida fingiendo que realmente ambos me engañaban y creer que esa alegría era genuina. No se qué me dolió más, si descubrir la realidad o aprender a mentir.

Triste discapacidad

Cuando nuestros ojos no puedan ver, nos vamos a reconocer con las manos y así tocaré tus labios y sabré que eres tú, sentiré las ondas de tu cabello y éstas serán las que siempre han sido mías, recorreré tus contornos, imperfecciones, pliegues y protuberancias y sabré que eres tú a quien siento, a quien veo. El día en que el sonido ya no pueda penetrar nuestros oídos y la sordera se apodere de ambos, haré una sinfonía con las vibraciones de tu cuerpo. Tomaré la batuta de esta rítmica melodía y con los cuerpos entrelazados cada estremecimiento será una nota, los sudores serán acordes, las oleadas compases rítmicos que nos acercarán y sabré y sabremos que nos escuchamos. Si la voz nos abandona, y un día así de la nada sólo el silencio sale de nuestras bocas, te miraré extasiada por horas, me encontraré en lo profundo de tus ojos tristes y con esta mirada me contarás tu pasado y me perderé en este presente escuchando sin sonido tus historias. Te miraré en el clímax y sabré que es a mi a q