Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2011

Diario, 30 de marzo de 2011.

La inspiración ha estado presente y he dejado este recuento de cosas sin importancia que me pasan y transcurren sin necesidad de ser relevantes, pero si con la urgencia de quedar siempre presentes. Pero como el caso lo amerita, ahora cuento que en esto de los calificativos que ahora voy acumulando en mi ya largo recorrido de vida, ahora me imponen el de “ñerita” y además “bipolar” sin mayor justificación que un “más sin embargo” que a modo de broma puse en un muro del feis. Lo que me lleva a dos cosas que hace mucho he venido primero sospechando y ahora confirmando. El mundo virtual y la vida virtual nos dan sí una plataforma de acercamiento social que supongo siempre ha existido, aunque anteriormente ésta se daba por medio de epístolas que se enviaban cientos de personas en estos ya casi extintos rincones de encuentro. Actualmente este intercambio social se acerca cada vez más a la realidad y ahora la comunicación y el conocimiento de los otros lejanos, cercanos o antes inimaginables

Ayeres

La necesidad era urgente. Quise besar tus labios. Intenté, fingí, hice complot y me arriesgué, pero tu indiferencia fue la única respuesta. A la negación siguió el alejamiento, al alejamiento la distancia, a la distancia el adiós. Yo quise y no quisiste, yo esperaba y no esperaste, yo entregaba y tu rehusaste. Mis labios se quedaron sedientos de tu aliento, mis ganas se perdieron en la noche que a fuerza de calor, las evaporaron. Hoy ya te extraño.

Distancia, nostalgia

Hoy mi cuerpo se llenó de nostalgia por una amiga que se ha ido. No, no se piense mal, no ha partido a conocer otras tierras, mucho menos ha muerto o se ha extinguido, simplemente ya no está porque ha transcurrido. Esa amiga es la que fui y a quien ya no encuentro, la que se enamoraba sin miramientos, la que esperaba expectante a ser sorprendida por lo que la rodeaba y los que la rodeaban. Esa que se entregó completa amando con todo lo que podía, incluso con lo que no tenía. Esa que con ojos nuevos miraba a los otros buscando el lado bueno y ocultándose mañosamente lo que no le gustaba. Esa mujer-niña-joven que recorrió un camino que la llevó a este punto en donde ya no podemos convivir las dos. He perdido una capacidad que todavía no se definir, si es la de amar, o la de sorprenderme o la de creer, y con esta pérdida ya no soy la que era antes y no sé si sea crecimiento o nostalgia, pero justamente hoy, me sentí triste por esa que fui y ya no encontré.

Azul

Hoy amanecí azul, con ese tono azul eléctrico que llega a parecer obscuro. No me percaté cómo a lo largo de la noche cada parte de mi cuerpo se fue llenando de esta intensidad de color y me fue inundando aun en la inconciencia de la pesadilla que todavía recuerdo pero que nada me significa. Y es que esta azulidad me hace perderme en mis propias cavilaciones, llenarme de dudas y sentirme ausente de todos los que me rodean, gritando un auxilio que no alcanza a salir porque no se cómo articularlo, hacer cientos de preguntas que no tienen respuesta porque simplemente no hay quién las pueda escuchar. Me duele… Necesito… Me desilusiona… No se qué hacer con… ¿Y al final importa formular las preguntas? Siento muy en el fondo que no y así el azul que sólo me cubría comienza a penetrar los poros y correr por las venas y las arterias y me inunda y me ahoga, y me mata y me asfixia. Hoy que amanecí azul, me gustaría tanto tener un hombro blanco en donde poder recargar mi cabeza embotada y ahí vacia