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Mostrando entradas de junio, 2012

Suicidio

Desbordada de soledad el alma se inunda. ¿Por qué aspiro ese aroma tan de antaño? Sin pensarlo me adentro en el abismo que se vuelve remolino de emociones y giro y giro queriendo gritarle un suspiro. Arrástrame recuerdo por los laberintos de sus vocales y consonantes, esas que una vez saboreaba con deleite pronunciando una a una o todas en conjunto. Hoy solo son ecos lejanos de una historia ya escrita que con el tiempo se ha ido borrando, que no tiene retorno, que sigue sangrando sin haber sanado pero que no hay más remedio, hay que extirparla. No me dejes caer bajo, memoria prodigiosa que de la nada, lo traes al presente. Hoy no quiero.

Happy Birtday Adrián

Que te lleve el viento hasta el confín del mundo, corre desbocado atrapando el viento ríe al salir del sol sin descanso duerme dulcemente cuando la noche caiga. Quiero verte partir sin buscar tu rumbo, hacer camino, que seas hombre de bien y lleno de ilusiones encuentra el amor, llénate de nosotros compartidos se feliz, pero también aprende a llorar tus desvaríos. Hoy apenas eres un niño, un año más llena tu vida sonríes con tus ocurrencias, lloras las frustraciones me amas como tu madre, todavía no soy la enemiga niño amoroso y chiquillo caprichoso. Eres mi pequeño y así te atesoro crecerás y te harás hombre. Hoy te disfruto sin decoro, mañana, tu decidirás tu rumbo.

Sí mi vida

El sudor le mojaba la frente y la respiración acelerada le retumbaba en los oídos. Instintivamente estiró el brazo para sentir en la penumbra el bulto a su lado y la suavidad de la tela lo reconfortó y le espantó los temores. La pesadilla era recurrente, la imagen de ella con los ojos clavados en la nada y sin poder atrapar el aire suficiente para continuar con vida. Al amanecer él, como todos los días, se alistó para salir a ganarse la vida, preparó desayuno, tomó una ducha rápida, tomó cartera, llaves, identificaciones y con un beso se despidió de ella como todos los días. Casi lo olvidaba. Deshizo sus pasos para regresar a la recámara y con todo el amor del mundo reacomodó el enorme almohadón que hacía más de cinco años, era su compañero de sueño. Volvió a tomar la foto entre sus manos, repitió el beso de despedida para su mujer ya fallecida esos mismos cinco años del sueño recurrente y con una sonrisa absurda, salió a seguir con su rutina. Esa rutina que había aprendido a

Virgo

Decidió dejar su destino en manos de la tarotista. Ésta le dijo con la seguridad que lo leído en las cartas le contaba que se cruzaría por su camino el amor de su vida. Éste vendría vestido de negro, con el cabello obscuro, barba cerrada, ojos grandes. Que si bien no era muy alto, se compensaba con lo bien torneado de sus piernas. Que el pequeño sobre peso que tenía lo hacía más atractivo y que gracias a que eran almas gemelas vivirían felices el resto de sus días. También su horóscopo decía algo muy parecido. La carta astral estaba en perfecta armonía para converger con ese amor eterno. Se sentía segura de si misma, capaz de identificar a ese amor que toda la vida había esperado. Y el día llegó. Los ojos se cruzaron, las sonrisas delataron el encuentro cósmico de las almas que sabiéndose gemelas sin haberse conocido ya sabían que eran la una para la otra... Por desgracia, él era un escéptico de casi todo y no creía en astros, en adivinaciones y mucho menos en destinos. Sigu