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Mostrando entradas de enero, 2011

Diario, 30 de diciembre de 2010.

Este texto lo escribí antes de que regresara mi hijo a casa, así es que por ello el inicio. Lo demás es, efectivamente, el recuento de un año lleno de todo. Como siempre, sirva de catarsis personal y de entendimiento o de simple recordar lo que ya he vivido. Cierre por inventario. Un año más que se nos escapa y lo primero que se me ocurre pedir es el pronto regreso de mi heredero que con tantos días de ausencia ya me tiene entre la desesperanza y la tristeza constante a tal grado que he derramado algunas lágrimas en estos días sin él. Poquitas eso si, pero muy intensas. Es curioso cómo unos cuantos días de su falta me llenan de vacío y así, descubro cuanto lo amo. Con esto inicio este comentario de recapitulación y recuento de un año que como ya ha sido la tendencia en mi vida, ha sido intenso y lleno de sinsentidos y sentencias, cambios y retrocesos, descubrimientos y ocultamientos pero eso si, la diversión sigue siendo la constante. Puedo darme cuenta que sigo siendo la misma y que m

¿Qué pasó? O de la teoría del sospechosismo

Primer acercamiento -¿Vas a la reunión? -¿Dónde va a ser? -Todavía no sabemos -¿Y quién va a ir? -Los de siempre. -¡Va, si voy! Ella se arregló con esmero pero sin exageraciones. Seguía extrañándole el que la aceptaran en el grupo del reventón, la fiesta constante, las ganas de descargar tensiones y ese vivir acelerado y sin freno de los trabajadores de oficina, pero al parecer y pese a su apariencia de chica seria y más bien conservadora, siempre la invitaban. A la hora pactada todos apretados en los automóviles tomaron rumbo a la cantina de moda. La cerveza corrió a raudales, ella más bien recatada en ese aspecto, apenas iba en la segunda cuando ya la mayoría de los compañeros y compañeras habían dejado la inhibición y la pena tirados por el piso. De repente él la invitó a la pista. Era una pieza suave, de esas que se pueden bailar cada uno por su lado rítmicamente o quitarse los prejuicios y abrazarse estrechamente y sin miramientos. Hablaron. Por increíble que parezca y pese a la m