Esto se está volviendo cada día más insoportable, es una especie de asfixia la que me ataca cada vez que la veo llegar y no lo puedo soportar, y cómo no hacerlo si es el ser más hermoso que haya yo visto en toda mi vida.
La primera vez que le vi el impacto fue fulminante. Si bien he tenido mucha experiencia en esto de las cuestiones amorosas e incluso formalicé y me firmé con alguien, nunca pensé encontrar este tipo de amor, el que embrutece, el que hace que quieras morir por ella, que pierdas los sentidos e incluso la moral, en fin, este era el verdadero amor de mi vida.
Cuando cruzó la puerta de la oficina se iluminó todo a mí alrededor. Estatura normal, esbelta, de esas mujeres que no niegan sus carnes y no se matan porque sean cada vez menos, al contrario, me sorprendió encontrarla deliciosamente gordibuena. Unas piernas torneadas y recién bronceadas calzadas con unos tacones que las hacían irresistibles, una minifalda que dejaba ver mucho más allá de lo permitido y lo confieso, fue por esa minúscula prenda que comenzó mi locura.
Lo que más me impresionó fue su cintura, pequeña y ágil, esto lo comprobé en el baile de fin de año en donde todos moríamos por tenerla cerca, por aprisionarla por esa parte anatómica que movía al ritmo de la música y nos dejaba a todos con la boca abierta.
Y qué decir de los senos, eran como siempre los había soñado, mi mejor fantasía y mi peor frustración porque nunca había tenido unos así ni en mis más profundas fantasías lúbricas. Eran firmes, incitantes, insinuantes, fue verlos y sentir unos deseos inmensos de morderlos, aprisionarlos, hacerlos míos.
A ellos seguía un largo y esbelto cuello que despertaba los más bajos instintos que jamás había sentido, quería ir recorriendo ese cuello que ya deseaba mío y llenarla de mimos, de deseo, de ganas y de un inmenso amor.
Y así, en ese recorrido erótico llegar a la boca que por supuesto era carnosa, besable y mordible. No se por qué insisto en tener esta absurda fijación por las bocas, aunque sinceramente, esta vez ya de por si el deseo brincó por donde menos lo esperaba y el pensarla ya hacía estragos en mis ganas de tenerla, de besarla tan tiernamente y que no tuviera más remedio que rendirse a mis inmensas ganas que tenía de ella, convencerla de que lo que quería de ella era no pasión, esa sería nuestra carta de presentación, no sexo, ese nos haría compenetrarnos y descubrirnos, no erotismo, ese lo iríamos inventando y descubriendo conforme el conocimiento fuera avanzando.
Ese rostro se quedó tatuado en mi desde ese día y para siempre, su nariz pequeña de niña, sus ojos tan claros como el cielo y en donde quería, necesitaba verme, descubrir que me veía, que también sintiera algo por mi, ese cabello impecablemente alaciado que le ponía le marco perfecto a ese rostro de niña con cuerpo de diosa que me atrapó y tenía que ser por desgracia mi nueva compañera de trabajo que como yo, es secretaria, esposa y madre.
La primera vez que le vi el impacto fue fulminante. Si bien he tenido mucha experiencia en esto de las cuestiones amorosas e incluso formalicé y me firmé con alguien, nunca pensé encontrar este tipo de amor, el que embrutece, el que hace que quieras morir por ella, que pierdas los sentidos e incluso la moral, en fin, este era el verdadero amor de mi vida.
Cuando cruzó la puerta de la oficina se iluminó todo a mí alrededor. Estatura normal, esbelta, de esas mujeres que no niegan sus carnes y no se matan porque sean cada vez menos, al contrario, me sorprendió encontrarla deliciosamente gordibuena. Unas piernas torneadas y recién bronceadas calzadas con unos tacones que las hacían irresistibles, una minifalda que dejaba ver mucho más allá de lo permitido y lo confieso, fue por esa minúscula prenda que comenzó mi locura.
Lo que más me impresionó fue su cintura, pequeña y ágil, esto lo comprobé en el baile de fin de año en donde todos moríamos por tenerla cerca, por aprisionarla por esa parte anatómica que movía al ritmo de la música y nos dejaba a todos con la boca abierta.
Y qué decir de los senos, eran como siempre los había soñado, mi mejor fantasía y mi peor frustración porque nunca había tenido unos así ni en mis más profundas fantasías lúbricas. Eran firmes, incitantes, insinuantes, fue verlos y sentir unos deseos inmensos de morderlos, aprisionarlos, hacerlos míos.
A ellos seguía un largo y esbelto cuello que despertaba los más bajos instintos que jamás había sentido, quería ir recorriendo ese cuello que ya deseaba mío y llenarla de mimos, de deseo, de ganas y de un inmenso amor.
Y así, en ese recorrido erótico llegar a la boca que por supuesto era carnosa, besable y mordible. No se por qué insisto en tener esta absurda fijación por las bocas, aunque sinceramente, esta vez ya de por si el deseo brincó por donde menos lo esperaba y el pensarla ya hacía estragos en mis ganas de tenerla, de besarla tan tiernamente y que no tuviera más remedio que rendirse a mis inmensas ganas que tenía de ella, convencerla de que lo que quería de ella era no pasión, esa sería nuestra carta de presentación, no sexo, ese nos haría compenetrarnos y descubrirnos, no erotismo, ese lo iríamos inventando y descubriendo conforme el conocimiento fuera avanzando.
Ese rostro se quedó tatuado en mi desde ese día y para siempre, su nariz pequeña de niña, sus ojos tan claros como el cielo y en donde quería, necesitaba verme, descubrir que me veía, que también sintiera algo por mi, ese cabello impecablemente alaciado que le ponía le marco perfecto a ese rostro de niña con cuerpo de diosa que me atrapó y tenía que ser por desgracia mi nueva compañera de trabajo que como yo, es secretaria, esposa y madre.
Comentarios
rosa silvestre
que te meces con el viento
pero no cedes al temporal.
FELIZ DIA DE LA MUJER
PARA TI
Y PARA TODAS LAS PERSONAS QUE QUIERAN CELEBRARLO:
desde el fin del mundo
revelate para nuestros ojitos
andas muy tiempo perdida por este lado :-)
muakismuakis
http://www.evabuenosayres2008.blogspot.com