Ir al contenido principal

Placeres 2020

1.- Hijo de la guerra.- Ricardo Raphael
2.- Fábulas irónicas.- Juan Eduardo Zúñiga
3.- La cofradía del cupcake.- Ricardo López
4.- La dieta de la muerte: soy anoréxica y esta es mi historia.- Denisse Fuentes
5.- El color púrpura.- Alice Walker
6.- Otra vez sola.- Patricia Suárez
7.- Ocho escenas de Tokio.- Osamu Dazai
8.- La ridícula idea de no volverte a ver.- Rosa Montero
9.- Al calor del verano.- John Katzenback
10.- El samurai de la Graflex.- Daniel Salinas Basave
11.- La catadora de Hitler.- V.S. Alexander
12.- Jugaré Contigo.- Maritza M. Buendía
13.- Todo lo que fuimos.- Alberto Villareal
14.- El huésped.- Guadalupe Nettel
15.- Killing Eve.- Luke Kennings
16.- Tratado de la infidelidad.- Julián Herbert, León Plascencio Ñol
17.- El cuerpo en que nací.- Guadalupe Nettel
18.- La taza de chocolate.- Héctor Palacios
19.- Una jaula de oro.- Camila Läckberg
20.- Siete casas vacías.- Samanta Schweblin
21.- Mujeres que matan.- Sylvia Arvizu
22.- El abuelo que saltó por una ventana y se largó.- Jonas Jonasson
23.- Sola otra vez.- Patricia Suárez
24.- Panteón familiar.- Penélope Córdova
25.- Un beso en tu futuro.- Raquel Castro
26.- Restauración.- Ave Barrera, Canela Estudio, Pau Maciel (Ilustrador)
27.- Pandora.- Liliana Blum
28.- Alegría.- Manuel Vilas
29.- Requiem por un suicida.- René Avilés Fabila
30.- El cuerpo expuesto.- Rosa Beltrán
31.- Alta costura.- Beatriz Espejo
32.- ¿Y a ti qué te importa?.- Megan Maxwell
33.- La hora ciega.- Juvenal Acosta
34.- Terciopelo violento.- Juvenal Acosta
35.- El cazador de tatuajes.- Juvenal Acosta
36.- La noche de la jinetera.- Jordi Sierra I Fabra
37.- El juego del Ángel.- Carlos Ruiz Zafón
38.- Crónicas eróticas.- Ezequiel López mOlano
39.- La sombra del viento.- Carlos Ruiz Zafón
40.- Siete cuentos morales.- J.J. Coetzee
41.- El miedo a los animales.- Enrique Serna
42.- Album de familia.- Rosario Castellanos
43.- El monstruo pentápodo.- Liliana Blum
44.- Los niños del verano.- Dot Hutchison
45.- Pelea de gallos.- María Fernanda Ampuero
46.- Las rosas de mayo.- Dot Hutchison
47.- El jardín de las mariposas.- Dot Hutchison
48.- La única mujer.- Marie Benedict
49.- Maten al león.- Jorge Ibargüengoitia
50.- El miedo, crónica de un cancer.- Maria Cristina Restrepo
51.- El tunel.- Ernesto Sabato
52.- La vida desnuda.- Mónica Carrillo
53.- Corazones estallados. Las políticas del posthumanismo
54.- Ciudad fantasma.- Bernardo ESquinca, Vicente Quirarte
55.- La lengua de los secretos.- Martín Abrisketa
56.- Los nombres del aíre.- Alberto Ruy-Sánchez
57.- Diario de Aurora.- Alejandro Rosas
58.- Oficio de tinieblas.- Rosario Castellanos
59.- Nadie me verá llorar.- Cristina Rivera Garza
60.- Mis besos no son de cualquiera.- Marta Garzás
61.- Porno crimen.- Ralph Barby
62.- El vampiro de Düsseldorf.- Ralph Barby

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Did you know there's a 12 word sentence you can communicate to your crush... that will induce intense emotions of love and instinctual appeal for you deep within his chest?

That's because hidden in these 12 words is a "secret signal" that fuels a man's impulse to love, treasure and protect you with all his heart...

===> 12 Words That Trigger A Man's Desire Impulse

This impulse is so hardwired into a man's brain that it will make him try better than ever before to love and admire you.

Matter of fact, fueling this dominant impulse is so mandatory to having the best ever relationship with your man that as soon as you send your man one of the "Secret Signals"...

...You will soon find him open his mind and heart for you in a way he's never experienced before and he will see you as the only woman in the galaxy who has ever truly understood him.

Entradas populares de este blog

Me gustan los hombres de bigote.

He llegado a la conclusión de que me gustan los hombres de bigote. Creo que un buen mostacho tiene mucho qué ofrecer en una relación. Hay bigotes anchos, otros delgados, pero todos hacen cosquillas al besar, segunda cosa que me encanta (los besos por supuesto). Los bigotes niños apenas y despuntan, pero le dan cierto aire de madures al portador, los anchos y obscuros, me hacen pensar en un hombre serio, muy formal, los delgados me evocan, no se por qué, la imagen de un Don Juan empedernido, será porque Pedro Infante casi siempre portaba bigote escaso. ¿Pero qué es lo interesante de un bigote además del marco que le da al rostro del portador? Como ya lo dije, de principio el beso, que se vuelve toda una experiencia erótica cuando va unido a un buen bigote, las sensaciones tan intensas que puede tener la piel cuando ese mismo bigote recorre con besos pequeños toda la anatomía, el sentir un suave rose en cualquier parte del cuerpo con esa escobetilla puede incluso ser el pase al cielo. El

Carta apócrifa, que no espuria de Pedro Armendaris a Natalia la primera

Mi muy amada Natalita: Discúlpeme lo tarde en que le doy respuesta a su último mensaje. No tengo una razón lo suficientemente de peso para no haberme aplicado a la tarea de darle respuesta pronta porque bien sabe que el saber de usted me mueve a querer correr a su lado y no nada más a dedicarle unas cuantas letras. También no le puedo mentir, me conoce hombre de ocupaciones absorbentes y el ser figura pública me hace desentenderme de mis otras actividades privadas que usted tan bien conoce. Pero me sabe ferviente admirador que soy de usted y de su persona y el tiempo se me hace eterno para poder sentarme y escribirle como usted se merece, con el corazón en la mano. Porque de todos los habitantes del planeta sólo usted Natalita me conoce en el fondo y sabe de mis quebrantos, de este aferrarme a querer ocultar lo emocional que a veces me torno y que el personaje dista mucho del hombre sensible que soy en realidad. Y así como me oculto sensible, también tengo que ocultar este amor t

¿Jugamos a las muñecas?

Desde niña me gustaron las muñecas. No se qué extraña sensación protectora despertaban en mi que me hacían sentir la dueña de la situación y la que ponía las reglas cuando con ellas jugaba a la casita, a tomar el té o a bañarlas y cambiarlas. Las muñecas siempre fueron mi pasión y mi padre la alentaba regalándome una diferente, la más moderna, la más sofisticada o la más antigua en cada uno de mis cumpleaños hasta que llegué a los diez. A partir de ese año, ni las muñecas nuevas ni mi padre volvieron a aparecer en mi vida porque decidió dejarnos. A raíz de eso mi madre se volvió visible porque antes sólo era la que mantenía la casa limpia, la que me bañaba y arropaba por las noches y la que siempre estaba ahí como testigo silencioso de mis juegos. Nunca abrió la boca para decirme si me quería o no. Del silencio pasó al abandono. Comenzó con un trago a media tarde para poder relajarse y conciliar el suelo, después uno en las mañanas para afrontar el duro trabajo de costurera que había t