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¿Día de la qué?

En estos próximos días, daremos un grito al unísono. No será de alegría, mucho menos de festejo.
¡Viva México cabrones! Dejará de ser la consigna.

¡Ay! será el nuevo grito, que nos identifica con esta lamentación de regresar a un pasado negro. Pero también, de recordarnos que no son sólo los políticos los que nos hacen lamentarnos de nuestra condición de mexicanos burlados.

Los cientos de votantes que recibieron los obsequios, los artículos promocionales, las tarjetas de regalo. Las madres que no denuncian a sus hijos, los padres con dos o tres familias. Los hijos que no estudian, las hijas que siguen pensando que casadas se volverán mujeres de bien.

Los que atacan a los diversos, diferentes, los que injurian contra los conservadores, aquellos los que prefieren ser honestos y fieles.

Los que ocultan, mienten, engañan, se aprovechan.

Los que, por el menor mal, sólo tiran basura en la calles, se dan vueltas prohibidas, no cruzan en las esquinas, se roban el internet, se pasan en el metro, pesero, camión, transporte en general sin pagar.

Todo esto es México, todos estos somos México.

Así que ¿dónde vive México? En los cientos de cabrones y cabronas porque también los hay que lo forman o en los cientos de cabrones y cabronas que lo gobiernan.

Al final sólo un grito siento: ¡Ay México!

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