Aléjate de mi cruel intrusa, que de repente te has instalado en mi vida.
¿Qué pretendes, dejarme reseca? Fluyes como manantial desbordado, llenas mis ojos, inundas mis pupilas.
Por qué de la nada te apareces y me tomas por sorpresa justamente a mí, que nunca había sabido de tu existencia, a quien la alegría constante me llenaba todos los instantes, yo, que de ti sólo sabía tu nombre.
Déjame, te lo suplico. Ya no se qué hacer contigo inundando mi cuerpo, no entiendo cómo conjurarte y alejarte de mi vida, nunca me habías hecho tanto daño.
Tristeza inmisericorde que apareces sin aviso, deja ya esta existencia alegre que nada te debe y no te ha llamado.
Aléjate de mí, te lo suplico, sabes bien que nunca te he querido.
¿Qué pretendes, dejarme reseca? Fluyes como manantial desbordado, llenas mis ojos, inundas mis pupilas.
Por qué de la nada te apareces y me tomas por sorpresa justamente a mí, que nunca había sabido de tu existencia, a quien la alegría constante me llenaba todos los instantes, yo, que de ti sólo sabía tu nombre.
Déjame, te lo suplico. Ya no se qué hacer contigo inundando mi cuerpo, no entiendo cómo conjurarte y alejarte de mi vida, nunca me habías hecho tanto daño.
Tristeza inmisericorde que apareces sin aviso, deja ya esta existencia alegre que nada te debe y no te ha llamado.
Aléjate de mí, te lo suplico, sabes bien que nunca te he querido.
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