Dice una canción que se me olvidó que te olvidé.
¿Pero quién eras realmente?
¿Eras aquél que con ojos distantes me observaba con mirada amorosa y sin atreverse a confesar que me amabas?
O acaso aquél que desde su pupitre nunca se imaginó que ya lo amaba y que cuando lo supo, no entendió el mensaje y hoy añoro como aquél que si sabría amarme.
O este último que me juró amor eterno pero nunca me explicó que su eternidad duraba apenas unos cuantos años.
Ya no se quién eres, o si exististe, o si fuiste mi añoranza o mi simple deseo.
Mi pérdida de memoria sólo me deja el recuerdo de ese último beso que terminó por quitarme el aliento. De la última mirada que ya no me dijo nada porque al mirarme mirabas a otra. De este cuerpo que creiste que significaba algo pero porque era sólo una milésima parte de todo lo que te significaba el cuerpo de esa otra.
No se quién has sido en realidad, la pérdida de memoria me ha dejado sepultada en los recuerdos de otra que no fui yo, de una que nunca existió y de aquella que no contaba, que no tuvo identidad, que te dedicaste a convencer que era un cero a la izquierda.
Hoy, hoy ya no me acuerdo de nada. Sólo se que sigo viva y radiante, sin ti.
¿Pero quién eras realmente?
¿Eras aquél que con ojos distantes me observaba con mirada amorosa y sin atreverse a confesar que me amabas?
O acaso aquél que desde su pupitre nunca se imaginó que ya lo amaba y que cuando lo supo, no entendió el mensaje y hoy añoro como aquél que si sabría amarme.
O este último que me juró amor eterno pero nunca me explicó que su eternidad duraba apenas unos cuantos años.
Ya no se quién eres, o si exististe, o si fuiste mi añoranza o mi simple deseo.
Mi pérdida de memoria sólo me deja el recuerdo de ese último beso que terminó por quitarme el aliento. De la última mirada que ya no me dijo nada porque al mirarme mirabas a otra. De este cuerpo que creiste que significaba algo pero porque era sólo una milésima parte de todo lo que te significaba el cuerpo de esa otra.
No se quién has sido en realidad, la pérdida de memoria me ha dejado sepultada en los recuerdos de otra que no fui yo, de una que nunca existió y de aquella que no contaba, que no tuvo identidad, que te dedicaste a convencer que era un cero a la izquierda.
Hoy, hoy ya no me acuerdo de nada. Sólo se que sigo viva y radiante, sin ti.
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