-¡Déjame en paz! Tu bien sabías que lo nuestro era nada más un pasarla bien, una aventura sin complicaciones. ¿Y te vas a poner ahora en ese plan? Te lo dije y te lo advertí. No esperes nada de mí. Me caes bien, eres buena onda, pero yo no he aprendido todavía a ser de alguien.
En la entrada del hotel en donde acostumbraban encontrarse, las miradas ojerosas por el desvelo de la noche chispeaban, una por pasión la otra por amor.
Carolina se dio la vuelta y sin más dejó a Luis con el corazón destrozado y la propuesta en la boca.
Ella, satisfecha sexualmente se alejó dando fuertes taconeos. Lo quería, pero sólo como amigo.
El se llevó en la bolsa del saco el anillo de compromiso. La amaba incondicionalmente y no quería perderla.
En la entrada del hotel en donde acostumbraban encontrarse, las miradas ojerosas por el desvelo de la noche chispeaban, una por pasión la otra por amor.
Carolina se dio la vuelta y sin más dejó a Luis con el corazón destrozado y la propuesta en la boca.
Ella, satisfecha sexualmente se alejó dando fuertes taconeos. Lo quería, pero sólo como amigo.
El se llevó en la bolsa del saco el anillo de compromiso. La amaba incondicionalmente y no quería perderla.
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