Había dejado de lado este diario que no quiero hacer ni obligatorio ni forzoso pero la palabra “diario” impone una suerte de tenacidad que definitivamente no tengo; así es que propongo nombrarle, semanario, quinquenio, recuento, esporadio o algo así que refleje más claramente mi necesidad de escribir si, pero mi desapego a hacerlo a manera de tarea obligatoria.
Y bueno, en esta ocasión el pretexto es el preludio que se vive respecto a la celebración del día del Amor y la Amistad, o de hacerle el amor a la amistad, o de simplemente saber que vivimos rodeados de amigos y amores.
¿Pero qué festejamos en el rubro del amor los que ya lo tenemos tan desgastado?
Yo puedo y debo festejar a esta enorme cantidad de amigas y amigos que me rodean y que día a día enriquecen mi vida unos con aciertos, otros con errores y los más con el simple hecho de escucharme y apoyarme o criticarme e ignorarme, pero están ahí siempre prestando hombro para mis lágrimas tristonas. Pero lo que más agradezco es que, y como bien se sabe, ya que mis lágrimas tristonas no son muy frecuentes, también están ahí para prestar atención a mis disparates y locuras, dichos y refranes, palabrería incongruente pero que arranca a veces risas histéricas y otras sonrisas compasivas al comprobar por un lado mi ingenuidad, por otro mi irreverencia y también, por qué no, mi lealtad e incluso mi locura.
Así entonces la amistad por supuesto que tiene y debe ser festejada y el amor, pues quedará en espera de mejor momento.
Por este motivo quiero dejar plasmadas las frases de la semana que me han caído como veintes de esos de cobre, de los de antes y que reflejan un poco o un mucho lo que he vivido y la de cosas que sigo aprendiendo del vivir cotidiano. Y así enlisto:
Nunca es bueno consumar una pasión. Después de vivir la experiencia, ya no hay nada más que hacer entre los dos participantes.
El amor que por alguien he sentido, es tan importante para mi como inexistente es para el otro, por eso nunca nos entendimos.
Las brechas generacionales no nada más son experiencias de vida que nunca convergen, también son actitudes, formas, ideas, imágenes, símbolos y señales que ahora confieso, nunca termino de entender.
Podré ser una muy buena traga años, pero soy muy mala para entender a esta juventud moderna.
Ahora entiendo por qué se cree que en el terreno de la confidencialidad no soy confiable. Comienzo a sospechar que me cuentan sus intimidades para que las divulgue, no para que las guarde y efectivamente, los defraudo porque de mi boca nunca sale nada.
El colmillo siempre será el colmillo, y hasta el más listo cae en una provocación femenina, más cuando es verbal.
El que es tonto es tonto, el que es creído es creído, pero el que cree que es algo, siempre termina no siendo nadie.
Cuando más creo que he entendido el actuar de los hombres, me sorprenden con actuaciones inesperadas.
Si me dicen mi amor, es porque están con otra, si me ignoran, es porque están solos, si les gusto es nada más para un acostón, si me quieren, son casados, si me desean, han de ser ciegos, y si ni me quieren, ni les gusto, ni se quieren acostar conmigo, ni les interesan mis problemas, ni soy mínimamente atractiva para ellos, entonces es cuando me enamoro.
Comienzo a sospechar que la extraña y difícil soy yo, no los hombres.
Esto de tener mentalidad masculina no es negocio, preferiría tener promiscuidad masculina y así tener muchos amantes y no sentir culpa por ello o necesidad de enamorarme primero.
Y hasta aquí mi recuento de frases que se me han ocurrido en esta cotidianidad que vuelvo a retomar y en la que me encuentro que todos se preparan para el festejo, y yo me pregunto ¿qué carajos voy a hacer ese día en el terreno del amor? Contemplar, simplemente contemplar.
Y bueno, en esta ocasión el pretexto es el preludio que se vive respecto a la celebración del día del Amor y la Amistad, o de hacerle el amor a la amistad, o de simplemente saber que vivimos rodeados de amigos y amores.
¿Pero qué festejamos en el rubro del amor los que ya lo tenemos tan desgastado?
Yo puedo y debo festejar a esta enorme cantidad de amigas y amigos que me rodean y que día a día enriquecen mi vida unos con aciertos, otros con errores y los más con el simple hecho de escucharme y apoyarme o criticarme e ignorarme, pero están ahí siempre prestando hombro para mis lágrimas tristonas. Pero lo que más agradezco es que, y como bien se sabe, ya que mis lágrimas tristonas no son muy frecuentes, también están ahí para prestar atención a mis disparates y locuras, dichos y refranes, palabrería incongruente pero que arranca a veces risas histéricas y otras sonrisas compasivas al comprobar por un lado mi ingenuidad, por otro mi irreverencia y también, por qué no, mi lealtad e incluso mi locura.
Así entonces la amistad por supuesto que tiene y debe ser festejada y el amor, pues quedará en espera de mejor momento.
Por este motivo quiero dejar plasmadas las frases de la semana que me han caído como veintes de esos de cobre, de los de antes y que reflejan un poco o un mucho lo que he vivido y la de cosas que sigo aprendiendo del vivir cotidiano. Y así enlisto:
Nunca es bueno consumar una pasión. Después de vivir la experiencia, ya no hay nada más que hacer entre los dos participantes.
El amor que por alguien he sentido, es tan importante para mi como inexistente es para el otro, por eso nunca nos entendimos.
Las brechas generacionales no nada más son experiencias de vida que nunca convergen, también son actitudes, formas, ideas, imágenes, símbolos y señales que ahora confieso, nunca termino de entender.
Podré ser una muy buena traga años, pero soy muy mala para entender a esta juventud moderna.
Ahora entiendo por qué se cree que en el terreno de la confidencialidad no soy confiable. Comienzo a sospechar que me cuentan sus intimidades para que las divulgue, no para que las guarde y efectivamente, los defraudo porque de mi boca nunca sale nada.
El colmillo siempre será el colmillo, y hasta el más listo cae en una provocación femenina, más cuando es verbal.
El que es tonto es tonto, el que es creído es creído, pero el que cree que es algo, siempre termina no siendo nadie.
Cuando más creo que he entendido el actuar de los hombres, me sorprenden con actuaciones inesperadas.
Si me dicen mi amor, es porque están con otra, si me ignoran, es porque están solos, si les gusto es nada más para un acostón, si me quieren, son casados, si me desean, han de ser ciegos, y si ni me quieren, ni les gusto, ni se quieren acostar conmigo, ni les interesan mis problemas, ni soy mínimamente atractiva para ellos, entonces es cuando me enamoro.
Comienzo a sospechar que la extraña y difícil soy yo, no los hombres.
Esto de tener mentalidad masculina no es negocio, preferiría tener promiscuidad masculina y así tener muchos amantes y no sentir culpa por ello o necesidad de enamorarme primero.
Y hasta aquí mi recuento de frases que se me han ocurrido en esta cotidianidad que vuelvo a retomar y en la que me encuentro que todos se preparan para el festejo, y yo me pregunto ¿qué carajos voy a hacer ese día en el terreno del amor? Contemplar, simplemente contemplar.
Comentarios
;))))
Besos para ti a la distancia sin dobles sentidos y sin palabra ausentes, así, limpios y bien lujuriosos para que nos hagan sentir vivos :) Con el debido respeto de tu compañera de viaje, por supuesto :)
Saludos.