Este texto lo escribí antes de que regresara mi hijo a casa, así es que por ello el inicio.
Lo demás es, efectivamente, el recuento de un año lleno de todo.
Como siempre, sirva de catarsis personal y de entendimiento o de simple recordar lo que ya he vivido.
Cierre por inventario.
Un año más que se nos escapa y lo primero que se me ocurre pedir es el pronto regreso de mi heredero que con tantos días de ausencia ya me tiene entre la desesperanza y la tristeza constante a tal grado que he derramado algunas lágrimas en estos días sin él. Poquitas eso si, pero muy intensas.
Es curioso cómo unos cuantos días de su falta me llenan de vacío y así, descubro cuanto lo amo.
Con esto inicio este comentario de recapitulación y recuento de un año que como ya ha sido la tendencia en mi vida, ha sido intenso y lleno de sinsentidos y sentencias, cambios y retrocesos, descubrimientos y ocultamientos pero eso si, la diversión sigue siendo la constante.
Puedo darme cuenta que sigo siendo la misma y que mi madurez no está en las experiencias, sino en la aceptación de las mismas con sus consecuencias a veces bien estudiadas y pensadas y otras sin razón y locas y así las decisiones que he tomado a lo largo de estos trescientos sesenta y cinco días me han llevado del cierre definitivo al alejamiento intermitente, del asalto a cunas al desenfreno en encerronas de amor. En fin, he vivido y he amado.
Mi hijo por supuesto está en la cima de todos los acontecimientos de esta recapitulación ya que con su madurez, con sus confesiones razonadas respecto a lo que es el sexo, los Reyes magos, el amor que siente por la niña que le ha robado el corazón desde hace ya algunos años, su gusto por las mujeres mayores (muy mayores la verdad), en fin, su él y su esencia ha hecho de este año todo un torbellino porque no todo ha sido ni bueno ni bello.
Hemos tenido problemas con el colegio, con su carácter, con todos los acontecimientos que han movido sus escasos siete años y ahora después de haber pasado de hijo único a hermano mayor y después, y en un muy corto tiempo, de hermano mayor a hermano sándwich, pues las cosas se le han complicado.
Y si a esto le aunamos un sistema educativo gratuito absurdo y mediocre, una profesora que dentro de su ineptitud habla mal incluso de los profesores de escuelas de gobierno… ¡o sea! ¿qué no es ella profesora de escuela de gobierno? y un afán de mi hijo de cultivar más las relaciones sociales que las técnicas de conocimiento, Todo esto me ha hecho pasar por situaciones muy complicadas respecto a la educación de mi trascendente que me ha llevado de cuestionarme su desempeño a arrepentirme de los castigos porque descubro que en la mayoría de las ocasiones de disgusto, no es él el culpable sino una profesora mediocre que medio enseña y medio sabe impartir una clase, pero eso si, sus escotes van más allá de la decencia, perdón, quise escribir docencia.
Y bueno, esto es en el terreno de la mamá que habita en mí y está siempre presente. Pero no puedo dejar de lado que además de mi prioridad que es ser madre, existen muchas otras yo que también han vivido demasiado en este año.
Por fin y por salud emocional y personal me quité de encima una relación que ni era cercana ni era armoniosa ni mucho menos de crecimiento con aquél que compartió conmigo muchos años de su vida, de su paso de adolescente a hombre y de, por que no decirlo, su apasionamiento de juventud y todo porque me di cuenta que efectivamente, ni él ni su pareja son personas maduras en las que quepa el entendimiento y mucho menos la disposición a un diálogo abierto y sin ocultamientos y que utilizan a todos los que están alrededor para justificar su poca madurez para aceptar su relación de codependencia y por supuesto sin afán de criticarlos, simplemente porque esa es la realidad que veo en ellos y definitivamente no quiero ser también copartícipe de una relación que destruye.
Y como en este tipo de relaciones mientras más lejos mejor, decidí retirarme como lo que ellos, que son tan comunes como el común de la gente, esperaban que hiciera desde un principio y ahora soy la enemiga número uno de ambos pero eso si, ya sin esta carga de ser la “causante” a distancia de todos sus males como ambos intentan argumentar o creen. Porque si no fuera yo quien soy, y si no hiciera las cosas como racionalmente me gusta hacerlas, bla, bla, bla,… tanta perorata me llevó a terminar siendo la culpable de absurdos que ni siquiera me corresponden y es así como he tendido la muralla de la distancia y efectivamente, ahora si soy la esposa despechada y enojada, frustrada y distante que ellos esperaban que fuera, aunque mi realidad por supuesto es una muy distinta. Y la verdad es que mejor así, porque como ya lo he dicho en repetidas ocasiones, las pláticas absurdas me aburren tanto que no les encuentro el sentido de ser. Y así doy fin a esta historia de absurdos y me tomo mi lugar de madre sin ataduras respecto de mi hijo y su otra familia y sin más obligaciones que ver por él y agradeciendo infinito la ayuda económica que le da el otro engendrante.
En el terreno del amor también las cosas estuvieron intensas y emotivas. Me encontré distanciándome de una relación que nunca existió pero que poco a poco me iba quitando mi libertad de ser y expresarme y así como se toman las decisiones que no necesitan racionalidad y si emotividad, dejé de lado la intimidad emocional y me quedé sólo con la intimidad física que esa sí, no obliga pero recompensa mucho. Dejé a la pareja para quedarme únicamente con el amante sin obligaciones y sin compromisos, sin tiempos ni fechas y con el que me encuentro únicamente por placer, por ese placer de amarlo eso si, con todas las fuerzas que el amor que siento por él me dan, pero sin la necesidad de hacer una relación verdadera con alguien que simplemente no existe.
Sí, se que es complicado, pero ni yo entiendo este sentir que me lleva del apego a la distancia y de la distancia al reencuentro con esos ojos que se que son míos pero que no puedo reclamar en ningún sentido.
Pero dentro de esa complicación también encuentro mi codependencia con éste que me ha dado más de lo que se imagina porque gracias a él soy mucho de lo que ahora pienso y analizo, rechazo y critico porque descubrí que la vida es sólo un instante y que tenemos muchas ataduras sociales, intelectuales, expectacionales (de expectativas), que nos hacen ser lo que se espera y no lo que queremos.
Él también me enseñó que soy cabrona, que no voy por la vida bondadosamente en ningún sentido y que si bien mis venganzas son inteligentes y razonadas, a final de cuentas no me quedo con nada que me haga sentir mal, que no dejo de expresar lo que siento y pienso y sobre todo, voy tomando de la vida lo que me da sin prejuicios aunque también por qué no decirlo, sin arriesgues.
Pero bueno, una enseñanza que es más personal me abrió los ojos en el sentido de que tampoco soy liberal y libertina al cien por ciento. He también aprendido que soy lo que soy, que no me entrego a cualquier insinuación o propuesta indecorosa por el simple placer de conocer nuevas carnes, nuevas experiencias y mucho menos por el gusto del sexo mismo. Hasta eso en ese terreno soy muy selectiva y han sido muy pocos, pero realmente muy pocos los que han podido presumir, si es que se puede presumir algo y por supuesto, si su condición se los permite, de que han cohabitado este cuerpesote.
Así me encontré casi a finales de este año con un hombre maravilloso, tierno y detallista con el que simplemente la química nunca se pudo dar y en esto de los experimentos con las substancias no pudimos ir más allá de un intento de pasión que se apagó con el primer beso. Y por qué no decirlo, me llevó a inventar una frase que le divierte mucho a una amiga; descubrí también que éramos “anatómicamente incompatibles”, yo con mis pequeñeces y él con sus grandezas simplemente no hubo el cómo con el qué.
También me reencontré con viejos amigos de muchos años, pero también descubrí que la amistad es algo tan especial que no se puede llenar de sexo porque entonces la amistad se pone frágil y el sexo se vuelve algo medio culposo o ajeno o simplemente sin sentido.
Así es que prefiero a los amigos y no a los amantes aunque sean conocidos de muchos años.
Y bueno, para cerrar el año y terminar con este recuento de amores no puedo dejar de admitir que insisto en el amor y no en el sexo, quiero amar y si de paso me aman, pues excelente cosa y así sigo experimentando y conociendo sin arriesgarme de un salto de cama a otro, conociendo, viendo, observando y esperando que la química se de, aunque aquí cabe decir que esta última vez la química se dio y la verdad hasta el día de hoy me tiene en un estado de zozobra.
Cuento el recuento: Pues resulta que efectivamente me encuentro químicamente compatible con uno que no se por qué me quita el entendimiento y la razón y yo, que entre mis anécdotas ya puedo contar que han llegado a decirme que si soy la Monsivais en femenino, inteligente y populachera, me he quedado sin palabras brillantes o frases razonadas delante de éste que me pone tonta.
Y no es que el encuentro haya sido espectacular, o que la magia haya sido tal que olvidara todo, vida, lugar, sensaciones. Esa magia sólo la tengo con el hombre a quien amo y es inigualable, pero éste que me quita la razón es un caso que todavía no logro definir y mucho menos entender.
¿Serán nuestras diferencias o acaso lo extremoso de nuestras vidas? En realidad los extremos son tales que lo que para mi es vivencia para él es historia y así, no puedo definir qué me pasa cuando pasa él frente mío.
En fin, creo que la intensidad ha puesto estupidez en mi razón y por eso no entiendo y además no puedo dejar de lado las culpas, lo absurdo de la situación, la parte de mi cerebrito que me dice que está mal, que algo no es bueno, que no debería, incluso que mi autoestima está en niveles estratosféricos, pero mi ética reprocha y reprocha por esta situación que sé que no está bien.
A ver si con unas buenas vacaciones consigo encontrar calma y ya definiré qué carajos es todo esto.
Así está esto del arrejuntamiento en mi vida. Se que no soy fácil, selectiva en todo momento pero una vez elegido el candidote, me entrego sin miramientos y como ya escribí en mi espacio de Twitter: pocos acontecimientos me dejan sin palabras. Afortunadamente solo dos personas saben el por qué.
En el terreno de las amistades sigo acumulando muchas y muy buenas, pocas más o menos y por qué no decirlo, incluso una que otra muy, pero muy mala que me desespera pero que como dicen por ahí que soy políticamente correcta, no termino de hacer entender que la amistad no es apoyo constante e incondicional dejando de lado vida, familia, hijo, intereses, etc., sino un simple intercambio de ideas y de vivencias que a ambas partes de la relación amistosa nos hacen sentir bien. Fuera de ese rubro, todas y todos mis amigos son solidarios, íntimos, amorosos y cariñosos, de esas amigas que lloran con uno y de esos amigos que insisten en verme feliz. Pero también no puedo dejar de mencionar que a todos mis amigos y amigas los adoro porque también forman parte de mi vida. Me han enseñado y sigo aprendiendo. Los jóvenes me sorprenden y los adultos me enseñan y así tengo una vida constantemente enriquecida.
Bueno y no por estar detallado en este punto al final del recuento quiera decir que es menos importante, al contrario, mi familia también forma parte medular de toda esta historia y si bien la relación con mi madre deja mucho qué desear por lo diferente que somos, también ha estado aquí apoyándome y haciendo su mejor esfuerzo por llevarnos bien.
Mis hermanos, mis cuñadas, mis sobrinos, mis primos, mis tíos y toda esta enorme familia que hemos formado, cada uno es lo que es y los adoro con todo lo que me dan como familia y agradezco su apoyo, compañía, familiaridad pero sobre todo la confianza que nos tenemos y el que estén cuando más los necesito en esta aventura de ser yo misma sin limitaciones.
Ya por último en el terreno de los intereses también voy muy bien. Tengo y tengo y sigo teniendo a manos llenas y sin espectacularidades justo lo justo que necesito. Me esfuerzo, soy responsable, se reconoce mi esfuerzo y así voy saliendo adelante para cubrir los gustos y las necesidades de mi hijo y si se puede, a veces más, de mi madre y la casa, de mis estudios y de los viajes tan agradables que comparto con mi gordito que heredó de mi esta necesidad de respirar el aroma de los autobuses foráneos que tanto nos gustan e incluso de que a su corta edad, haya vivido la primera experiencia de un viaje en avión que su mamá apenas hizo realidad el año pasado.
Es maravilloso ser feliz y pese a mis últimas dudas que me dan estos valores éticos en donde siempre me gusta también tomar en cuenta a los otros respecto a mis actos y en donde me cuestiono si no será que estoy acosando, importunando, obligando o insistiendo con mis deseos a quienes amo o comienzo a amar, pese a todo ello la felicidad es mi constante y mi hijo mi aliciente. La búsqueda del amor se ha vuelto simple espera y no muero por no tener todavía a mi lado no alguien a quien ame porque enamorada estoy y lo siento, sino a alguien que me ame. Aun así en esperar he encontrado hombres maravillosos que me han llegado a interesar y mujeres más maravillosas que me alientan a seguir buscando, que me animan a vivir la experiencias y no estar cuestionándome tanto esta parte del bien y el mal. Probablemente alguno de estos días me anime a hacerles caso a unos o a otras.
En fin, que cierro este año con esta maravillosa sensación de que soy total y absolutamente feliz.
Lo demás es, efectivamente, el recuento de un año lleno de todo.
Como siempre, sirva de catarsis personal y de entendimiento o de simple recordar lo que ya he vivido.
Cierre por inventario.
Un año más que se nos escapa y lo primero que se me ocurre pedir es el pronto regreso de mi heredero que con tantos días de ausencia ya me tiene entre la desesperanza y la tristeza constante a tal grado que he derramado algunas lágrimas en estos días sin él. Poquitas eso si, pero muy intensas.
Es curioso cómo unos cuantos días de su falta me llenan de vacío y así, descubro cuanto lo amo.
Con esto inicio este comentario de recapitulación y recuento de un año que como ya ha sido la tendencia en mi vida, ha sido intenso y lleno de sinsentidos y sentencias, cambios y retrocesos, descubrimientos y ocultamientos pero eso si, la diversión sigue siendo la constante.
Puedo darme cuenta que sigo siendo la misma y que mi madurez no está en las experiencias, sino en la aceptación de las mismas con sus consecuencias a veces bien estudiadas y pensadas y otras sin razón y locas y así las decisiones que he tomado a lo largo de estos trescientos sesenta y cinco días me han llevado del cierre definitivo al alejamiento intermitente, del asalto a cunas al desenfreno en encerronas de amor. En fin, he vivido y he amado.
Mi hijo por supuesto está en la cima de todos los acontecimientos de esta recapitulación ya que con su madurez, con sus confesiones razonadas respecto a lo que es el sexo, los Reyes magos, el amor que siente por la niña que le ha robado el corazón desde hace ya algunos años, su gusto por las mujeres mayores (muy mayores la verdad), en fin, su él y su esencia ha hecho de este año todo un torbellino porque no todo ha sido ni bueno ni bello.
Hemos tenido problemas con el colegio, con su carácter, con todos los acontecimientos que han movido sus escasos siete años y ahora después de haber pasado de hijo único a hermano mayor y después, y en un muy corto tiempo, de hermano mayor a hermano sándwich, pues las cosas se le han complicado.
Y si a esto le aunamos un sistema educativo gratuito absurdo y mediocre, una profesora que dentro de su ineptitud habla mal incluso de los profesores de escuelas de gobierno… ¡o sea! ¿qué no es ella profesora de escuela de gobierno? y un afán de mi hijo de cultivar más las relaciones sociales que las técnicas de conocimiento, Todo esto me ha hecho pasar por situaciones muy complicadas respecto a la educación de mi trascendente que me ha llevado de cuestionarme su desempeño a arrepentirme de los castigos porque descubro que en la mayoría de las ocasiones de disgusto, no es él el culpable sino una profesora mediocre que medio enseña y medio sabe impartir una clase, pero eso si, sus escotes van más allá de la decencia, perdón, quise escribir docencia.
Y bueno, esto es en el terreno de la mamá que habita en mí y está siempre presente. Pero no puedo dejar de lado que además de mi prioridad que es ser madre, existen muchas otras yo que también han vivido demasiado en este año.
Por fin y por salud emocional y personal me quité de encima una relación que ni era cercana ni era armoniosa ni mucho menos de crecimiento con aquél que compartió conmigo muchos años de su vida, de su paso de adolescente a hombre y de, por que no decirlo, su apasionamiento de juventud y todo porque me di cuenta que efectivamente, ni él ni su pareja son personas maduras en las que quepa el entendimiento y mucho menos la disposición a un diálogo abierto y sin ocultamientos y que utilizan a todos los que están alrededor para justificar su poca madurez para aceptar su relación de codependencia y por supuesto sin afán de criticarlos, simplemente porque esa es la realidad que veo en ellos y definitivamente no quiero ser también copartícipe de una relación que destruye.
Y como en este tipo de relaciones mientras más lejos mejor, decidí retirarme como lo que ellos, que son tan comunes como el común de la gente, esperaban que hiciera desde un principio y ahora soy la enemiga número uno de ambos pero eso si, ya sin esta carga de ser la “causante” a distancia de todos sus males como ambos intentan argumentar o creen. Porque si no fuera yo quien soy, y si no hiciera las cosas como racionalmente me gusta hacerlas, bla, bla, bla,… tanta perorata me llevó a terminar siendo la culpable de absurdos que ni siquiera me corresponden y es así como he tendido la muralla de la distancia y efectivamente, ahora si soy la esposa despechada y enojada, frustrada y distante que ellos esperaban que fuera, aunque mi realidad por supuesto es una muy distinta. Y la verdad es que mejor así, porque como ya lo he dicho en repetidas ocasiones, las pláticas absurdas me aburren tanto que no les encuentro el sentido de ser. Y así doy fin a esta historia de absurdos y me tomo mi lugar de madre sin ataduras respecto de mi hijo y su otra familia y sin más obligaciones que ver por él y agradeciendo infinito la ayuda económica que le da el otro engendrante.
En el terreno del amor también las cosas estuvieron intensas y emotivas. Me encontré distanciándome de una relación que nunca existió pero que poco a poco me iba quitando mi libertad de ser y expresarme y así como se toman las decisiones que no necesitan racionalidad y si emotividad, dejé de lado la intimidad emocional y me quedé sólo con la intimidad física que esa sí, no obliga pero recompensa mucho. Dejé a la pareja para quedarme únicamente con el amante sin obligaciones y sin compromisos, sin tiempos ni fechas y con el que me encuentro únicamente por placer, por ese placer de amarlo eso si, con todas las fuerzas que el amor que siento por él me dan, pero sin la necesidad de hacer una relación verdadera con alguien que simplemente no existe.
Sí, se que es complicado, pero ni yo entiendo este sentir que me lleva del apego a la distancia y de la distancia al reencuentro con esos ojos que se que son míos pero que no puedo reclamar en ningún sentido.
Pero dentro de esa complicación también encuentro mi codependencia con éste que me ha dado más de lo que se imagina porque gracias a él soy mucho de lo que ahora pienso y analizo, rechazo y critico porque descubrí que la vida es sólo un instante y que tenemos muchas ataduras sociales, intelectuales, expectacionales (de expectativas), que nos hacen ser lo que se espera y no lo que queremos.
Él también me enseñó que soy cabrona, que no voy por la vida bondadosamente en ningún sentido y que si bien mis venganzas son inteligentes y razonadas, a final de cuentas no me quedo con nada que me haga sentir mal, que no dejo de expresar lo que siento y pienso y sobre todo, voy tomando de la vida lo que me da sin prejuicios aunque también por qué no decirlo, sin arriesgues.
Pero bueno, una enseñanza que es más personal me abrió los ojos en el sentido de que tampoco soy liberal y libertina al cien por ciento. He también aprendido que soy lo que soy, que no me entrego a cualquier insinuación o propuesta indecorosa por el simple placer de conocer nuevas carnes, nuevas experiencias y mucho menos por el gusto del sexo mismo. Hasta eso en ese terreno soy muy selectiva y han sido muy pocos, pero realmente muy pocos los que han podido presumir, si es que se puede presumir algo y por supuesto, si su condición se los permite, de que han cohabitado este cuerpesote.
Así me encontré casi a finales de este año con un hombre maravilloso, tierno y detallista con el que simplemente la química nunca se pudo dar y en esto de los experimentos con las substancias no pudimos ir más allá de un intento de pasión que se apagó con el primer beso. Y por qué no decirlo, me llevó a inventar una frase que le divierte mucho a una amiga; descubrí también que éramos “anatómicamente incompatibles”, yo con mis pequeñeces y él con sus grandezas simplemente no hubo el cómo con el qué.
También me reencontré con viejos amigos de muchos años, pero también descubrí que la amistad es algo tan especial que no se puede llenar de sexo porque entonces la amistad se pone frágil y el sexo se vuelve algo medio culposo o ajeno o simplemente sin sentido.
Así es que prefiero a los amigos y no a los amantes aunque sean conocidos de muchos años.
Y bueno, para cerrar el año y terminar con este recuento de amores no puedo dejar de admitir que insisto en el amor y no en el sexo, quiero amar y si de paso me aman, pues excelente cosa y así sigo experimentando y conociendo sin arriesgarme de un salto de cama a otro, conociendo, viendo, observando y esperando que la química se de, aunque aquí cabe decir que esta última vez la química se dio y la verdad hasta el día de hoy me tiene en un estado de zozobra.
Cuento el recuento: Pues resulta que efectivamente me encuentro químicamente compatible con uno que no se por qué me quita el entendimiento y la razón y yo, que entre mis anécdotas ya puedo contar que han llegado a decirme que si soy la Monsivais en femenino, inteligente y populachera, me he quedado sin palabras brillantes o frases razonadas delante de éste que me pone tonta.
Y no es que el encuentro haya sido espectacular, o que la magia haya sido tal que olvidara todo, vida, lugar, sensaciones. Esa magia sólo la tengo con el hombre a quien amo y es inigualable, pero éste que me quita la razón es un caso que todavía no logro definir y mucho menos entender.
¿Serán nuestras diferencias o acaso lo extremoso de nuestras vidas? En realidad los extremos son tales que lo que para mi es vivencia para él es historia y así, no puedo definir qué me pasa cuando pasa él frente mío.
En fin, creo que la intensidad ha puesto estupidez en mi razón y por eso no entiendo y además no puedo dejar de lado las culpas, lo absurdo de la situación, la parte de mi cerebrito que me dice que está mal, que algo no es bueno, que no debería, incluso que mi autoestima está en niveles estratosféricos, pero mi ética reprocha y reprocha por esta situación que sé que no está bien.
A ver si con unas buenas vacaciones consigo encontrar calma y ya definiré qué carajos es todo esto.
Así está esto del arrejuntamiento en mi vida. Se que no soy fácil, selectiva en todo momento pero una vez elegido el candidote, me entrego sin miramientos y como ya escribí en mi espacio de Twitter: pocos acontecimientos me dejan sin palabras. Afortunadamente solo dos personas saben el por qué.
En el terreno de las amistades sigo acumulando muchas y muy buenas, pocas más o menos y por qué no decirlo, incluso una que otra muy, pero muy mala que me desespera pero que como dicen por ahí que soy políticamente correcta, no termino de hacer entender que la amistad no es apoyo constante e incondicional dejando de lado vida, familia, hijo, intereses, etc., sino un simple intercambio de ideas y de vivencias que a ambas partes de la relación amistosa nos hacen sentir bien. Fuera de ese rubro, todas y todos mis amigos son solidarios, íntimos, amorosos y cariñosos, de esas amigas que lloran con uno y de esos amigos que insisten en verme feliz. Pero también no puedo dejar de mencionar que a todos mis amigos y amigas los adoro porque también forman parte de mi vida. Me han enseñado y sigo aprendiendo. Los jóvenes me sorprenden y los adultos me enseñan y así tengo una vida constantemente enriquecida.
Bueno y no por estar detallado en este punto al final del recuento quiera decir que es menos importante, al contrario, mi familia también forma parte medular de toda esta historia y si bien la relación con mi madre deja mucho qué desear por lo diferente que somos, también ha estado aquí apoyándome y haciendo su mejor esfuerzo por llevarnos bien.
Mis hermanos, mis cuñadas, mis sobrinos, mis primos, mis tíos y toda esta enorme familia que hemos formado, cada uno es lo que es y los adoro con todo lo que me dan como familia y agradezco su apoyo, compañía, familiaridad pero sobre todo la confianza que nos tenemos y el que estén cuando más los necesito en esta aventura de ser yo misma sin limitaciones.
Ya por último en el terreno de los intereses también voy muy bien. Tengo y tengo y sigo teniendo a manos llenas y sin espectacularidades justo lo justo que necesito. Me esfuerzo, soy responsable, se reconoce mi esfuerzo y así voy saliendo adelante para cubrir los gustos y las necesidades de mi hijo y si se puede, a veces más, de mi madre y la casa, de mis estudios y de los viajes tan agradables que comparto con mi gordito que heredó de mi esta necesidad de respirar el aroma de los autobuses foráneos que tanto nos gustan e incluso de que a su corta edad, haya vivido la primera experiencia de un viaje en avión que su mamá apenas hizo realidad el año pasado.
Es maravilloso ser feliz y pese a mis últimas dudas que me dan estos valores éticos en donde siempre me gusta también tomar en cuenta a los otros respecto a mis actos y en donde me cuestiono si no será que estoy acosando, importunando, obligando o insistiendo con mis deseos a quienes amo o comienzo a amar, pese a todo ello la felicidad es mi constante y mi hijo mi aliciente. La búsqueda del amor se ha vuelto simple espera y no muero por no tener todavía a mi lado no alguien a quien ame porque enamorada estoy y lo siento, sino a alguien que me ame. Aun así en esperar he encontrado hombres maravillosos que me han llegado a interesar y mujeres más maravillosas que me alientan a seguir buscando, que me animan a vivir la experiencias y no estar cuestionándome tanto esta parte del bien y el mal. Probablemente alguno de estos días me anime a hacerles caso a unos o a otras.
En fin, que cierro este año con esta maravillosa sensación de que soy total y absolutamente feliz.
Comentarios
Los recuentos son absolutamente necesariso y catarticos, veamos conmo iniciamos el que viene y que recuentos haremos al final simepre y cuando estemos en el final:) ...uno nunca sabe
pos el mío fua algo normal, con la única sorpresa de mi operación en programada para enero, diciembre fue una locura.
Besos y MIL BENDICIONES NATA QUERIDA
que este 2011 traiga porfin AMOR ese que calce perfecto, yo igual deseo conocer a alguien que sea compañero y cómplice