Ir al contenido principal

¿Dónde?

Dentro se lleva el alma
ahí nace, ríe y llora
el afuera es solo sombra
de la desilución que mata.

Dentro ocurre todo
creces, eres, te delatas
los otros no saben nada
son sólo réplicas exactas.

Dentro a veces
también se rompe el alma
y si nada queda dentro
afuera la vida se acaba.

Comentarios

lichazul ha dicho que…
dentro y en los adentros el alma se refugia toda ...palpita en palabras
en esas palabras que nos indican existencia

hermoso poema Nata
en su forma y en su hondura

besitos de luz
Alejandro Luque ha dicho que…
"... y si nada queda dentro afuera la vida se acaba." Es muy fuerte esa imagen de espejos, por lo crudamente real. Muchas veces siento que somos los rincones que habitamos, y tanto dependemos de esos espacios que cualquier mudanza, cualquier gesto que irrumpe y pervierte, empieza y termina por nadizarnos.

Muy agradable tu nuevo blog, Nata. :)
Malinata ha dicho que…
Mi querida Licha. A veces cuando nos vemos dentro somos desde la más maravillosa de las creaciones hasta la más mísera de las desventuras, pero por suerte y por desgracia, eso sólo ocurre dentro, fuera, somos uno más de la maza.

¡Ale, pero qué gusto leerte por esta tu casa!
Me gustó esta parte de por qué morimos, por qué ya no somos. He tenido experiencias de personas que mueren por accidentes, enfermedades, pero la más terrible es cuando he descubierto a familiares muy cercanos y queridos que símplemente murieron porque ya no tenían nada qué hacer. Para mi eso es la nada interior. ¿Cómo ves?

Entradas populares de este blog

Me gustan los hombres de bigote.

He llegado a la conclusión de que me gustan los hombres de bigote. Creo que un buen mostacho tiene mucho qué ofrecer en una relación. Hay bigotes anchos, otros delgados, pero todos hacen cosquillas al besar, segunda cosa que me encanta (los besos por supuesto). Los bigotes niños apenas y despuntan, pero le dan cierto aire de madures al portador, los anchos y obscuros, me hacen pensar en un hombre serio, muy formal, los delgados me evocan, no se por qué, la imagen de un Don Juan empedernido, será porque Pedro Infante casi siempre portaba bigote escaso. ¿Pero qué es lo interesante de un bigote además del marco que le da al rostro del portador? Como ya lo dije, de principio el beso, que se vuelve toda una experiencia erótica cuando va unido a un buen bigote, las sensaciones tan intensas que puede tener la piel cuando ese mismo bigote recorre con besos pequeños toda la anatomía, el sentir un suave rose en cualquier parte del cuerpo con esa escobetilla puede incluso ser el pase al cielo. El

Carta apócrifa, que no espuria de Pedro Armendaris a Natalia la primera

Mi muy amada Natalita: Discúlpeme lo tarde en que le doy respuesta a su último mensaje. No tengo una razón lo suficientemente de peso para no haberme aplicado a la tarea de darle respuesta pronta porque bien sabe que el saber de usted me mueve a querer correr a su lado y no nada más a dedicarle unas cuantas letras. También no le puedo mentir, me conoce hombre de ocupaciones absorbentes y el ser figura pública me hace desentenderme de mis otras actividades privadas que usted tan bien conoce. Pero me sabe ferviente admirador que soy de usted y de su persona y el tiempo se me hace eterno para poder sentarme y escribirle como usted se merece, con el corazón en la mano. Porque de todos los habitantes del planeta sólo usted Natalita me conoce en el fondo y sabe de mis quebrantos, de este aferrarme a querer ocultar lo emocional que a veces me torno y que el personaje dista mucho del hombre sensible que soy en realidad. Y así como me oculto sensible, también tengo que ocultar este amor t

¿Jugamos a las muñecas?

Desde niña me gustaron las muñecas. No se qué extraña sensación protectora despertaban en mi que me hacían sentir la dueña de la situación y la que ponía las reglas cuando con ellas jugaba a la casita, a tomar el té o a bañarlas y cambiarlas. Las muñecas siempre fueron mi pasión y mi padre la alentaba regalándome una diferente, la más moderna, la más sofisticada o la más antigua en cada uno de mis cumpleaños hasta que llegué a los diez. A partir de ese año, ni las muñecas nuevas ni mi padre volvieron a aparecer en mi vida porque decidió dejarnos. A raíz de eso mi madre se volvió visible porque antes sólo era la que mantenía la casa limpia, la que me bañaba y arropaba por las noches y la que siempre estaba ahí como testigo silencioso de mis juegos. Nunca abrió la boca para decirme si me quería o no. Del silencio pasó al abandono. Comenzó con un trago a media tarde para poder relajarse y conciliar el suelo, después uno en las mañanas para afrontar el duro trabajo de costurera que había t