Ahí estas otra vez, inundando mis más íntimos secretos con tu presencia cautivante.
La melena larga, el pelo ensortijado, esa sonrisa entre pícara y tierna tan llena de ti y de lo que eres.
Pero también está ella, elegante y altiva, maravillosa y encantadora, y una vez más en el sueño me voy haciendo pequeña, insignificante.
Los veo pasar, ni siquiera te dignas mirarme, y así en mi insignificancia sigo tus pasos y siento el amor, ese amor que sientes por ella.
Los veo alejarse sonrientes, tomados de la mano anunciando a los cuatro vientos esa pasión que los envuelve y me quedo ahí, siguiendo las risas, llorando lo encantadores que se ven, muriendo bajo sus pies.
Por fin la mañana me devuelve a la realidad y es ahí en donde ni siquiera el recuerdo de tu rostro me queda. Se que eres tu, se que estas con ella pero no se dónde estás o cual es tu historia.
Inicio el nuevo día con esta esperanza de encontrarte por la calle y de que en esta ocasión no me ignores, que ella no sea ella y sea yo, que tus risos no sean risos y se vuelvan canos, que la larga cabellera no exista y sólo sea un cabello perfectamente cortado.
Quiero enamorarme de ti que se que no eres tu, que es este otro que a diario veo y me sonrie.
En mis sueños, se que te amo y eres de otra. En la realidad, eres mi eterno compañero de viaje, ese fiel amante de la luz de la sabiduría que te ilumina.
La melena larga, el pelo ensortijado, esa sonrisa entre pícara y tierna tan llena de ti y de lo que eres.
Pero también está ella, elegante y altiva, maravillosa y encantadora, y una vez más en el sueño me voy haciendo pequeña, insignificante.
Los veo pasar, ni siquiera te dignas mirarme, y así en mi insignificancia sigo tus pasos y siento el amor, ese amor que sientes por ella.
Los veo alejarse sonrientes, tomados de la mano anunciando a los cuatro vientos esa pasión que los envuelve y me quedo ahí, siguiendo las risas, llorando lo encantadores que se ven, muriendo bajo sus pies.
Por fin la mañana me devuelve a la realidad y es ahí en donde ni siquiera el recuerdo de tu rostro me queda. Se que eres tu, se que estas con ella pero no se dónde estás o cual es tu historia.
Inicio el nuevo día con esta esperanza de encontrarte por la calle y de que en esta ocasión no me ignores, que ella no sea ella y sea yo, que tus risos no sean risos y se vuelvan canos, que la larga cabellera no exista y sólo sea un cabello perfectamente cortado.
Quiero enamorarme de ti que se que no eres tu, que es este otro que a diario veo y me sonrie.
En mis sueños, se que te amo y eres de otra. En la realidad, eres mi eterno compañero de viaje, ese fiel amante de la luz de la sabiduría que te ilumina.
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