Una mariposa negra le mostró su destino fatal. Sobresaltada por el espanto al verla, no alcanzó a esquivar el auto que venía del otro lado.
Ella era una hermosa mariposa libre y feliz. Un día, un coleccionista la atrapó, le pinchó con un alfiler y la botó al lado de cientos de mariposas igual de hermosas, libres y felices.
Ya nunca se supo más de ella.
Nació oruga y se convirtió en crisálida. De ahí surgió mariposa con dos hermosas alas deseosas de libertad.
Su destino estaba marcado. A partir de ese momento su pasión en la vida fue ser bailarina desnudista con los senos siempre al aire.
Ningún coleccionista pudo atravesar su corazón.
Al salir del capullo, se adivinó maravillosa, única e irrepetible. Levantó el vuelo y se topó con cientos de maravillosas, únicas e irrepetibles igual que ella.
Desde las profundidades de sus vidas pasadas recordó una frase "la rosa no es única por ser rosa sino por su cuidador".
A partir de ese momento fue única, buscó una rosa a quien cuidar.
Como siempre se lavó las manos restregando fuertemente pero en esta ocasión las escamas ya no cedieron.
Leonora comenzó a adquirir su verdadero nombre y esencia: “Lepidóptera”.
Ella era una hermosa mariposa libre y feliz. Un día, un coleccionista la atrapó, le pinchó con un alfiler y la botó al lado de cientos de mariposas igual de hermosas, libres y felices.
Ya nunca se supo más de ella.
Nació oruga y se convirtió en crisálida. De ahí surgió mariposa con dos hermosas alas deseosas de libertad.
Su destino estaba marcado. A partir de ese momento su pasión en la vida fue ser bailarina desnudista con los senos siempre al aire.
Ningún coleccionista pudo atravesar su corazón.
Al salir del capullo, se adivinó maravillosa, única e irrepetible. Levantó el vuelo y se topó con cientos de maravillosas, únicas e irrepetibles igual que ella.
Desde las profundidades de sus vidas pasadas recordó una frase "la rosa no es única por ser rosa sino por su cuidador".
A partir de ese momento fue única, buscó una rosa a quien cuidar.
Como siempre se lavó las manos restregando fuertemente pero en esta ocasión las escamas ya no cedieron.
Leonora comenzó a adquirir su verdadero nombre y esencia: “Lepidóptera”.
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