¡Qué sucede! Al parecer la pluma está cansada y las ideas amenazan con desparramarse por todos lados pero nada concreto sale de tanta confusión de ideas.
Esto de los cambios siempre es conflictivo sobre todo porque descubrimos cosas nuevas, desempolvamos cosas viejas, encontramos miles de cosas perdidas, y en este sentido las cosas pueden ser objetos, ideas, imágenes, deseos, sueños.
Sueño cada día con escribirle a los amigos, a tantas y tantas almas gemelas que he encontrado en este espacio tan virtual como sólo y virtualmente lo puede ser la red, pero son tantos y cada uno tiene su personalidad tan marcada que las palabras no definen a todos más que como un grupo interesante, solidario, ameno, en el que todos nos hacemos cómplices de los otros, nos contamos cosas, nos decimos indiscreciones pero puedo decir, y casi sin temor a equivocarme, comenzamos todos a querernos bien, como se quiere a los amigos cercanos.
Y entonces pienso en la contradicción. ¿Cómo? Si vivimos en latitudes tan alejadas los extranjeros, y los de casa no nos vemos todos los fines de semana, si acaso cada mes y eso si las múltiples ocupaciones nos lo permiten. Pero es verdad, somos amigos.
También pensé escribir al amor, a ese sentimiento al que me niego todavía a quitarle la parte mágica y pienso en él como un estado maravilloso del cuerpo, la mente y el espíritu, y en donde el proceso bioquímico todavía no me quita la ilusión de seguir amando a aquél, receptor de mis pulsiones, matraz de mis humores y decantador de tanta feromona que me inunda y sigo insistiendo en esta absurda idea de amarlo bien, como se ama lo que no se posee y el círculo sigue.
La idea de escribir sobre mi hijo también me rondó, pero he sido tan repetitiva en ese aspecto que pensé caer en la monotonía, y es de ella justamente de la que estoy huyendo.
Por último se me ocurrió una historia divertida y amena, de esas que sacan lágrimas de risa, pero ante el agobio por tantos cambios en esta que comienza a ser mi cansada existencia, las risas me salían sarcásticas y la jovialidad se volvió burla, así es que agotados todos los temas, les dejo esto como recordatorio, bienvenida, saludo, presencia.
Aquí estoy y amenazo con volver a las andadas escribiendo y escribiendo, que es lo que más me gusta hacer.
Pobres de ustedes, porque tendrán qué soportarme.
Un saludo a todos, los congalnetos y los refugiados.
Esto de los cambios siempre es conflictivo sobre todo porque descubrimos cosas nuevas, desempolvamos cosas viejas, encontramos miles de cosas perdidas, y en este sentido las cosas pueden ser objetos, ideas, imágenes, deseos, sueños.
Sueño cada día con escribirle a los amigos, a tantas y tantas almas gemelas que he encontrado en este espacio tan virtual como sólo y virtualmente lo puede ser la red, pero son tantos y cada uno tiene su personalidad tan marcada que las palabras no definen a todos más que como un grupo interesante, solidario, ameno, en el que todos nos hacemos cómplices de los otros, nos contamos cosas, nos decimos indiscreciones pero puedo decir, y casi sin temor a equivocarme, comenzamos todos a querernos bien, como se quiere a los amigos cercanos.
Y entonces pienso en la contradicción. ¿Cómo? Si vivimos en latitudes tan alejadas los extranjeros, y los de casa no nos vemos todos los fines de semana, si acaso cada mes y eso si las múltiples ocupaciones nos lo permiten. Pero es verdad, somos amigos.
También pensé escribir al amor, a ese sentimiento al que me niego todavía a quitarle la parte mágica y pienso en él como un estado maravilloso del cuerpo, la mente y el espíritu, y en donde el proceso bioquímico todavía no me quita la ilusión de seguir amando a aquél, receptor de mis pulsiones, matraz de mis humores y decantador de tanta feromona que me inunda y sigo insistiendo en esta absurda idea de amarlo bien, como se ama lo que no se posee y el círculo sigue.
La idea de escribir sobre mi hijo también me rondó, pero he sido tan repetitiva en ese aspecto que pensé caer en la monotonía, y es de ella justamente de la que estoy huyendo.
Por último se me ocurrió una historia divertida y amena, de esas que sacan lágrimas de risa, pero ante el agobio por tantos cambios en esta que comienza a ser mi cansada existencia, las risas me salían sarcásticas y la jovialidad se volvió burla, así es que agotados todos los temas, les dejo esto como recordatorio, bienvenida, saludo, presencia.
Aquí estoy y amenazo con volver a las andadas escribiendo y escribiendo, que es lo que más me gusta hacer.
Pobres de ustedes, porque tendrán qué soportarme.
Un saludo a todos, los congalnetos y los refugiados.
Comentarios
Xocas / Sietesoles
por cierto agregame:
www.poettsroom.blogspot.com
sigue escribiendo y sigue en tu inspiracion!