Palabras que se agolpan en la mente sin sentido y que poco a poco van dando forma a ideas absurdas y sueños inalcanzables. Estas mismas palabras que fluyen ya con forma, esperan ser pronunciadas, escritas, publicadas y una tras otra se agolpan y amontonan en la punta de donde sea que están estacionadas. Ahí, las barreras las cercan y sin más se omiten y se vuelve esclavas de estereotipos y consignas, acuerdos y defensas de causas que ellas misma inspiraron y permitieron y así, mueren por su propio significado. Las palabras mueren por ser propias y ser palabras. Entonces encontramos que “Estoy enamorada de”… sufre el primer quebrando y deja de ser expresión porque ofende; “Chica roba maridos” pierde el verdadero significado de mujer a quien se agradece por la llave a la libertad y se convierte en blasfemia, ataque, menosprecio. Contrato social y parte de este ya no es más que esa pequeña piedra en el zapato en donde el título está prohibido, las frases que hagan alusión a él son pecamin...
Mis historias de todo y de nada