Día uno. Hoy me enamoré de ti. Te descubrí en un transporte público y me encantó ese timbre de voz tan especial con el que me recibiste, la manera tan maravillosa en que decías a todo el que abordaba la unidad: -Si, no, gracias, ¿a dónde va?- Simples frases que soltaste al azar y sin fijarte gran cosa en a quién van dirigidas. Por eso me declaro enamorada perdida, porque pese a ser sólo unos instantes en los que te escuché y a que después de ti fuiste otro en otro transporte pero con esa tan especial voz que enamora, me declaro loca perdida por ti aunque no sepa ni cómo te llamas, quién eres o donde vives, sólo se que te amo. Día dos. Hoy te descubrí en las líneas de un e-mail (correo electrónico), que un amigo me envía diariamente. Había escuchado de ti, pero mis tontos prejuicios no me dejaban acercarme lo suficiente para conocerte de cerca y leerte y saber de ti porque afirmaba tajante que la poesía no me gustaba. Hoy todo cambió, tus letras le hablaron a mis ojos, tus palabras mági...
Mis historias de todo y de nada