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Mostrando entradas de mayo, 2012

Mi vida hoy

Transita caracol con tu vida acelerada. corre a todos tus destinos sin mediar la espera tu mundo es relativo, Alberto así lo relata apresúrate caracol, tu vida así lo reclama.

Una madre

Decir que una madre entrega la vida sería palabrería absurda si no se ha sido madre entregada. Dejar todo por un hijo, superarse día a día, estudiar hasta altas horas de la noche. Pero todo esto no es ni sacrificio ni entrega, no significa dejar de lado ser una misma para ser madre. Es ante todo tener claro quién nos necesita más en este momento en el que nuestros hijos son pequeños. Saber qué es lo que más nos satisface y así, transmitirlo a nuestros hijos. Yo soy madre convencida de que mi hijo aprende de lo que hago y dejo de hacer, que sabe que su padre es parte importante de su vida y que a veces, sólo a veces, he entregado más de lo que una madre debe dar sin caer en sacrificios. Yo soy una madre que festeja mi día satisfecha porque se que sin saber qué será mi hijo de grande, por qué caminos lo lleve su destino, mi labor está hecha para darle ejemplo, y no lecciones de vida. Feliz día de las madres a mi :)

Alzheimer

Dice una canción que se me olvidó que te olvidé. ¿Pero quién eras realmente? ¿Eras aquél que con ojos distantes me observaba con mirada amorosa y sin atreverse a confesar que me amabas? O acaso aquél que desde su pupitre nunca se imaginó que ya lo amaba y que cuando lo supo, no entendió el mensaje y hoy añoro como aquél que si sabría amarme. O este último que me juró amor eterno pero nunca me explicó que su eternidad duraba apenas unos cuantos años. Ya no se quién eres, o si exististe, o si fuiste mi añoranza o mi simple deseo. Mi pérdida de memoria sólo me deja el recuerdo de ese último beso que terminó por quitarme el aliento. De la última mirada que ya no me dijo nada porque al mirarme mirabas a otra. De este cuerpo que creiste que significaba algo pero porque era sólo una milésima parte de todo lo que te significaba el cuerpo de esa otra. No se quién has sido en realidad, la pérdida de memoria me ha dejado sepultada en los recuerdos de otra que no fui yo, de una que nunca e

Coleccionista

Desde muy joven se distinguió por ser el chavo más popular del colegio. Con sus ojos obscuros, las enormes pestañas negras tupidas, los labios gruesos y mordibles hacía suspirar a las chiquillas de la secundaria en donde se desempeñaba como pésimo estudiante pero como excelente conquistador de corazones. Y es que físicamente no era una maravilla, delgado, hombros muy angostos y piernas largas que por lo delgadas parecían romperse, pero era su mirada la que las atrapaba y con una sonrisa caían rendidas. Un día de tantos descubrió a una chiquilla que había pasado inadvertida para sus dotes de conquistador, y no es que no tuviera encantos conquistables. Era una niña común y corriente pero descubrió con sorpresa que su sonrisa era cautivadora. Cuando las miradas se encontraron, el mundo se detuvo a su alrededor. Los ojos verdes de ella contrastaron con los ojos negros de él. El pasado que ella contaba con aquellas pestañas inmensas y curveadas invitaban sin decirlo a aquellos hoyuelo

En la lagunilla

Soy una mujer de otra época que disfruta esta ciudad. Hoy descubrí el hermoso tianguis de las pulgas en La Lagunilla y cientos de historias me llegaron a la mente al ver la infinidad de objetos con pasado que ahí se ofertan. ¿De quién fue ese mueble, cuántos comensales disfrutaron en esas vajillas, para qué ocasión especial utilizó la dueña ese vestido lentejueleado? Cada objeto encierra una historia. En las puertas desmontadas, en los picaportes abandonados e incluso las llaves que ya no tienen una chapa en donde ser utilizadas me mueven los recuerdos y me traen a la memoria la vieja casa de mi abuelo. ¡Mira, mi tío tenía una funda para su cámara como esta! ¡Una máquina de escribir como las de la escuela! ¿Te acuerdas? Nosotros teníamos un montón de charolas de esa marca, de botellas de esos refrescos, de vasos con esos grabados. Y poco a poco lo viejo se vuelve recuerdo y con un sentimiento de tristeza y de asombro, me doy cuenta que algunos de todos esos objetos para mi ya no s

De palabras sin sombras

Tu palabra nunca ha sido mía porque es compartida, tirada al viento sin miramientos, a manos llenas. No soy tu esa porque esa es cualquiera, la que nombras, la que calificas, la cualquiera que es una misma y son todas. Las palabras que discursas se vuelven de uso común y cotidiano. ¿Y cómo no serlo? Si somos simplemente de uso común y cotidiano, objetos sin identidad y sin sentido para quien el sentido se ha perdido y el amor es una vieja historia que siempre se repite en el primer acercamiento. Al final así es la vida, palabras vacías que no significan nada y que nunca significaron más que el discurso del ilusionista que sin miramientos, convence a los incautos de que la magia de sus productos los sacarán del anonimato, los harán felices, les quitarán los males. Palabras dichas para quien cree que son un vínculo, un código secreto, la magia de ser la única. Simple conjunción de letras sin sentido que al final, para él para el que las dice, simplemente no significan nada.

Como la lluvia

Aléjate de mi cruel intrusa, que de repente te has instalado en mi vida. ¿Qué pretendes, dejarme reseca? Fluyes como manantial desbordado, llenas mis ojos, inundas mis pupilas. Por qué de la nada te apareces y me tomas por sorpresa justamente a mí, que nunca había sabido de tu existencia, a quien la alegría constante me llenaba todos los instantes, yo, que de ti sólo sabía tu nombre. Déjame, te lo suplico. Ya no se qué hacer contigo inundando mi cuerpo, no entiendo cómo conjurarte y alejarte de mi vida, nunca me habías hecho tanto daño. Tristeza inmisericorde que apareces sin aviso, deja ya esta existencia alegre que nada te debe y no te ha llamado. Aléjate de mí, te lo suplico, sabes bien que nunca te he querido.

Recontándome

A seguir con el ritmo diario después de la pausa obligada. A volver a las carreras cotidianas como si quisiéramos alcanzar algo y nunca atrapamos nada. La vida sigue su curso, los amigos se afianzaron y las relaciones esporádicas se perdieron en el olvido. Dicen que en la cárcel y en la cama se conoce a los amigos y yo me observo rodeada de infinidad de seres que ahora encuentro más cercanos, hermanados. Todos solidarios, todos preocupados, todos esperando escuchar mi voz, ver el bulto que hace mi cuerpo cuando aparece. No sabría cómo agradecer tanto afecto demostrado. Mi hijo se cansó de la sombra de su madre, pero también aprendió a cuidarme y a preocuparse y descubrí sus sentimientos amorosos e incluso los de hastío al tenerme de día y de noche cerca. En fin, que no del todo bien pero ya instalada en mi cotidianidad hago recuento y sigo pensando que soy afortunada porque me se querida; y la salud completa, esa se dará en cualquier momento, por ahora no me corre prisa.