Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2011

Estadística

Hoy llego al número cien con esta cuenta de contares, con este relato de sentires, con este ya no existir o casi no hacerlo pero seguir detallando esta nada que llega a cien. Éste es mi texto número cien justo en el momento en que todo va bien, el amor se ha escondido y mi soledad me hace grande. ¡¡¡¡¡¡CIEN VIENTOS!!!

Carta apócrifa, que no espuria de Pedro Armendaris a Natalia la primera

Mi muy amada Natalita: Discúlpeme lo tarde en que le doy respuesta a su último mensaje. No tengo una razón lo suficientemente de peso para no haberme aplicado a la tarea de darle respuesta pronta porque bien sabe que el saber de usted me mueve a querer correr a su lado y no nada más a dedicarle unas cuantas letras. También no le puedo mentir, me conoce hombre de ocupaciones absorbentes y el ser figura pública me hace desentenderme de mis otras actividades privadas que usted tan bien conoce. Pero me sabe ferviente admirador que soy de usted y de su persona y el tiempo se me hace eterno para poder sentarme y escribirle como usted se merece, con el corazón en la mano. Porque de todos los habitantes del planeta sólo usted Natalita me conoce en el fondo y sabe de mis quebrantos, de este aferrarme a querer ocultar lo emocional que a veces me torno y que el personaje dista mucho del hombre sensible que soy en realidad. Y así como me oculto sensible, también tengo que ocultar este amor t

Condenado

Tu silueta desnuda llena mi cama y estás aquí, indefenso y sereno, rendido ante mí. La batalla nos dejó sin fuerzas, el contacto, las hostilidades, estas ganas que teníamos tanto tiempo guardadas de agredirnos sin medida. Todo se consumó y ahora estas aquí, simplemente siendo un niño acunado en mi regazo, un desamparado esperando a que sea tierna, un condenado a quien se ha eximido de su muerte inminente y el perdón se refleja en tu rostro sereno. ¿Qué puedo hacer con tanta inocencia y tanta seguridad de tu parte? Nada, me preparo simplemente a darte el golpe final. Una dulce muerte que te lleve a las mismas entrañas del infierno. De repente despiertas, y tu pícara sonrisa me demuestra que sabes lo que pienso y cuál será mi siguiente movimiento. Sin vacilar, arremeto. Has muerto.

Perfección imperfecta

Trastócame la vida lléname de miedos ahora la tranquilidad es mucha todo es tan perfecto. Inunda mi mente de ti excita mis sentidos no me dejes dormir hace algún tiempo que no tengo desvelos. Y cuando me hayas robado cuando tengas mi esencia toda y sea imposible respirar si no estás a mi lado. Aléjate, vete muy lejos déjame sin tu presencia no me llames, no me busques que tu amor se vuelva ausencia. Y que mi vida vuelva a ser perfecta para recordar cada minuto que exististe y te diste pero nada es para siempre. Y así volver a empezar esta carrera loca en donde soy muy feliz pero me falta tu boca.